Existe consenso en que la Ley 21.100, conocida coloquialmente como “Chao bolsas plásticas”, logró crear cierto nivel de conciencia sobre el problema de la contaminación por plásticos y ha evitado la circulación de más de 5 mil millones de bolsas de ese material. También hay consenso en que esta sola regulación no resuelve el problema y que existen otras situaciones a las que se debe buscar solución. Al respecto, País Circular recopiló las opiniones del ministro del Medio Ambiente (s), Maximiliano Proaño; la directora ejecutiva de Fundación Basura, Tamara Ortega; el fundador de Plastic Oceans Chile, Mark Minneboo; la directora del Pacto Chileno de los Plásticos de FCh, Alejandra Kopaitic; y la cofundadora de Unibag, Eliana Moreno.
Durante febrero de 2019 muchas personas se vieron sorprendidas al comprar en los supermercados y no recibir bolsas plásticas para llevarse sus provisiones. Algunas reclamaban, otras resignadas acarreaban las cosas en sus manos o hacían espacio en las mochilas y carteras para cargar la compra.
Por ese entones se comenzaba a implementar la Ley 21.100 “Prohíbe la entrega de bolsas plásticas de comercio en todo el territorio nacional”, publicada el 3 de agosto de 2018 y cuya vigencia comenzó seis meses después: el 3 de febrero de 2019. Desde esa fecha la prohibición fue completa para las grandes empresas (retail, supermercados), mientras que para las pequeñas y medianas (negocios de barrio y comercio detallista) se inició a dos años de la publicación de la ley, el 3 de agosto de 2020.
Así, este fin de semana cumplirán 7 años de la publicación de la Ley, y 5 desde su total vigencia. Aunque se trata de un periodo relativamente corto, hoy parece normal tener que llevar las bolsas reutilizables, o en su defecto tener que comprarlas. Parece lejano aquel tiempo en que ir al supermercado implicaba salir de ahí no solo con los víveres, sino que además con varias bolsas plásticas que rápidamente se convertían en basura y terminaban, en el mejor de los casos, en un relleno sanitario.
Actualmente solo está permitido a los comercios entregar bolsas plásticas cuando “constituyan el envase primario de alimentos, que sea necesario por razones higiénicas o porque su uso ayude a prevenir el desperdicio de alimentos” (exclusión contenida en el artículo 3 de la ley).
Por esto, si bien aún circulan bolsas plásticas en las ferias, panaderías y algunos otros comercios, existe consenso en que la Ley 21.100, conocida coloquialmente como “Chao bolsas plásticas”, logró crear cierto nivel de conciencia sobre el problema de la contaminación por plásticos y ha evitado la circulación de más de 5 mil millones de bolsas de ese material. También hay consenso en que esta sola regulación no resuelve el problema y que existen otras situaciones a las que se debe buscar solución, por ejemplo, la acumulación de bolsas reutilizables, la regulación de su ‘fin de vida’, la fiscalización, el impacto por la sustitución con bolsas de papel, la proliferación de empaques con dudosa condición de biodegradables o compostables, por mencionar solo algunas.
Con motivo de este aniversario de la Ley 21.100, País Circular consultó a diversos actores relacionados con el cuidado ambiental -con énfasis en la reducción de los plásticos- su balance de esta ley y las oportunidades de mejora que aún persisten.
“Luego de ser aprobada de forma transversal, en agosto de 2018 fue publicada la ley que prohíbe la entrega de bolsas plásticas en el país. Este fue un hito relevante que permitió reducir de forma muy importante el uso de estos elementos en Chile, pero, quizás lo más relevante es que ayudó a cambiar hábitos en la ciudadanía”, señala el ministro del Medio Ambiente (s), Maximiliano Proaño, poniendo énfasis en el amplio respaldo, tanto político como ciudadano, que suscitó esta legislación.
“Esta ley dio cuenta de que es factible, a través de modificar algunas conductas, disminuir los residuos que generamos al preferir reutilizables. Valoramos el cumplimiento de la ley en grandes establecimientos y que cada día más las personas hacen sus compras con bolsas de tela o carritos. Esperamos que se siga extendiendo este tipo de comportamientos en la población”, añadió la autoridad ministerial.
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